miércoles, 4 de abril de 2012

Hay un reguero dulce y encendido de sol 
sobre los álamos dorados, 
y a lo lejos, los montes ya nevados 
encalman el paisaje atardecido, 
si ahora tuviera el corazón dormido, 
los ríos de la sangre no encrespados, 

y ojos para mirar enamorados 
los chopos dónde aún tiembla el sol huido, 
si ahora como esa luna ser pudiera que boga virginal, 
tan lentamente, tan alma pura en el azul, 
si fuera un álamo, una luna, un dios luciente, 
más sólo soy un hombre en la ladera, 
un hombre sólo apasionadamente
                                                                                                          
                          Corazón con flores                     
Recostada en penumbra 

la virginal belleza húmedo sueño turbo
su serena cabeza 
Fulgores en lo oscuro noche de los efebos los sátiros los faunos     tan tiernos tan violentos 
Son a veces los sueños   

descanso de la carne y del alma festejo 
En el ardiente deseo la joven dama arde en un ardor sin fuego 



Que por mayo era por mayo
cuando hace el calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
dele Dios mal galardón.