Hay un reguero dulce y encendido de sol
sobre los álamos dorados,
y a lo lejos, los montes ya nevados
encalman el paisaje atardecido,
si ahora tuviera el corazón dormido,
los ríos de la sangre no encrespados,
y ojos para mirar enamorados
los chopos dónde aún tiembla el sol huido,
si ahora como esa luna ser pudiera que boga virginal,
tan lentamente, tan alma pura en el azul,
si fuera un álamo, una luna, un dios luciente,
más sólo soy un hombre en la ladera, un hombre sólo apasionadamente
Recostada en penumbra
la virginal belleza húmedo sueño turbo
su serena cabeza
Fulgores en lo oscuro noche de los efebos los sátiros los faunos tan tiernos tan violentos
Son a veces los sueños
descanso de la carne y del alma festejo
En el ardiente deseo la joven dama arde en un ardor sin fuego
Que por mayo era por mayo
cuando hace el calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
dele Dios mal galardón.